martes, 23 de junio de 2020

Bosques tropicales: El pilar en riesgo que nadie voltea a ver.


Como su nombre lo indica, estos bosques se localizan dentro de los trópicos de Cáncer y Capricornio, en donde el clima es tropical. Así, los bosques tropicales pueden ser de tres tipos, de acuerdo a su relación con la humedad del ambiente:
  • Bosques tropicales monzónicos: típicos del clima monzónico que alterna entre una época muy lluviosa y otra de sequía.
  • Bosques tropicales húmedos: de lluvias abundantes y frecuentes, clima cálido y húmedo.
  • Bosques tropicales secos: semidensos y de menor margen de humedad, compuestos por especies caducifolias xerófilas.


La importancias de estos ecosistemas es incalculable, por ejemplo, la Selva tropical de América del Sur influye en ciclos hídricos nacionales y globales, y es clave para el suministro de agua doméstica y rural. El sistema Andes-Amazonas ayuda a proveer agua a las comunidades e industria.

El Instituto Nacional del Cáncer (Estados Unidos) calcula que el 70 por ciento de las plantas identificadas hasta ahora que tienen efectos contra el cáncer se encuentran en selvas tropicales. El Calanolide A, un nuevo medicamento que está desarrollando una empresa farmacéutica,  posiblemente para tratamientos contra el VIH, proviene de un árbol descubierto en Borneo.

Los bosques también ejercen un papel fundamental en la erradicación de la pobreza y el logro de los ODS.

Incendios, sequías y tormentas tropicales desempeñan un papel cada vez mayor en la pérdida forestal, sobre todo a medida que el cambio climático aumenta su gravedad y su frecuencia, según el informe. Las regiones que más bosque perdieron en 2017 fueron Latinoamérica, el Sureste Asiático y África central.



Situación de México.

En los estados de Chiapas, Tabasco y Campeche, y en la península de Yucatán, estas largas extensiones de selva húmeda presentan un elevado número de especies endémicas.

Nuestro país posee aproximadamente millones de hectáreas de bosques tropicales, las cuales proveen de aire puro, regulan la temperatura, capturan dióxido de carbono, producen y purifican el agua, y protegen los suelos de la erosión. Sin embargo las actividades antropogénicas han ocasionado que nuestro país conserve solo 91 mil 566 kilómetros cuadrados de los 255 que se estima existían originalmente.

En la actualidad, en México, alrededor de 2300 grupos comunitarios gestionan sus bosques para la extracción de madera, lo que genera ingresos para las comunidades y los hogares, de acuerdo con datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


Por la falta de políticas públicas que impulsen el manejo forestal comunitario,  la mayoría de las comunidades solo se ha quedado en el primer escalón del manejo forestal comunitario: el aprovechamiento de madera y su venta en el mercado nacional.

En el México actual, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), hay 2362 ejidos y comunidades que realizan manejo forestal en sus territorios y que representan alrededor de 18.2 millones de hectáreas, de las cuales el 73 % son bosque, 21 % selva y 6 % zonas de matorrales.

A pesar de que México cuenta con leyes e instituciones para regular los recursos de los bosques, no hemos sido capaces de prevenir y revertir la deforestación. Entre otras causas, esto se asocia a la insuficiencia de recursos humanos, materiales y financieros para aplicarse en el cuidado de los recursos, así comprometiendo nuestro presente y futuro.


Fuentes:

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