martes, 30 de junio de 2020

Bosques tropicales, selvas o bosques lluviosos: Uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta.


Vegetación exuberante de grandes árboles y lianas, se escuchan los sonidos de los animales en lo alto del dosel, con los rayos del asomándose de entre las hojas, donde reina lo salvaje, un paisaje popular para las novelas y películas de aventuras. Pensamos en la selva como un paraíso, casi vetado para los humanos, impenetrable y lleno de secretos. Pero en la actualidad las selvas están cambiando de paraísos a paisajes desolados.
 
Los bosques tropicales, selvas o bosques lluviosos son bosques están ubicados entre el Trópico de Capricornio y el Trópico de Cáncer (de ahí su nombre), muy cerquita de la Línea Ecuatorial, en países de Sur América, África y el sudoeste de Asia. Este tipo de bosques tienen una temperatura promedio entre los 20-25 grados centígrados, acceso a abundante luz solar durante todo el año y lluvias frecuentes en la mayoría de sus territorios.


Este ecosistema es uno de los más biodiversos del planeta, en una hectárea pueden albergar más especies de árboles que en todo Canadá y la porción continental de EE.UU. En México se encuentran árboles gigantes como la ceiba, la caoba y el hule, con troncos gruesos que soportan el peso de sus grandes copas, así como 450 especies de orquídeas que son endémicas, por ejemplo, la vainilla. Y una multitud de animales: el jabalí, el mono araña, el mono aullador, el coatí mapache, el venado cola blanca, el tapir y el tlacuache dorado, el águila solitaria, la guacamaya roja cao y el zopilote rey, la iguana, la boa cascabel y varias especies de ranas, sapos y salamandras, viven una gran diversidad de anfibios y de insectos, particularmente escarabajos, hormigas, mariposas, abejas y otros invertebrados.

Los bosques tropicales tienen diversas amenazas por parte de la actividad humana, que han logrado reducir por mucho la extensión de estos bosques. En México se estima que entre el 70% y 90% de los bosques tropicales han desaparecido y cada año, se pierden 650.000 hectáreas de vegetación, que equivalen al 2 % de la selva mexicana. Su pérdida y degradación contribuye a la extinción masiva de especies, y de perderlas habrá complicaciones graves para la humanidad, pues su función es vital nosotros.

La deforestación y el asentamiento de actividades productivas son los principales motivos de la pérdida del bosque tropical. Las selvas han sido reemplazadas por sistemas industrializados para la producción de alimentos, se han deforestado grandes zonas de selvas para poner cultivos (de maíz, palma y otros monocultivos) y pastizales para ganado en su lugar, y con el tiempo también se han ampliado los asentamientos humanos.


La selva también se reduce por la tala de árboles con el objetivo de obtener madera para diversos fines. Uno de los más conocidos es la creación de muebles de maderas preciosas, seguramente padres y abuelos se sentirán orgullosos de tener una mesa de caoba sin saber que se requirió talar un árbol de muchos años de edad de alrededor de 30 metros de alto y con ello acabar con otras plantas y animales que vivían y dependían de ese árbol.

La construcción de carreteras para el tránsito humano y para que lleguen los servicios básicos a las comunidades son otra amenaza para los bosques tropicales, ya que interrumpen la continuidad del ecosistema a lo largo de la carretera. A esto se le suman otras actividades como la obtención de pulpa para papel o la obtención de leña para cocinar por parte de la gente que vive en o cerca de la selva.

Todos estos cambios que sufren los organismos de la selva, las plantas sufren un gran estrés provocado por el cambio a unas condiciones que les son ajenas, por lo que se las comen más insectos, y estos al ir comiendo de planta en planta transportan esporas de hongo en sus patas o mandíbulas, o al morder las hojas generan una vulnerabilidad que facilita la entrada de patógenos. Estos hongos patógenos y otras enfermedades de la vegetación se han convertido en una fuerte amenaza para los bosques tropicales.
 

La conservación de los bosques tropicales es indispensable para evitar la pérdida de la biodiversidad, pues con una pequeña extensión que se pierda de selva se van muchas especies e incluso extinguirse algunas especies lo que contribuye a que se acelere la disminución de la biodiversidad.

México tiene 12 áreas protegidas que conservan bosques tropicales, estas áreas cubren 3,298,667 hectáreas de selva, de 31,838,624 hectáreas totales de bosques tropicales. Dentro de estas se encuentran el Área de Protección de Flora y Fauna Cascadas de Agua Azul y la Reserva de la Biosfera Montes Azules, la famosa selva lacandona.

Una propuesta que se tiene para conservar la selva es crear paisajes en forma de mosaicos, donde se incluyan partes con selvas maduras y secundarias, así como sistemas agroforestales y silvopastoriles que combinen el desarrollo de plantas y animales de interés agropecuario con la biodiversidad nativa de cada región, con bases agroecológicas. Esto puede ser posible con buenas políticas publicas y el trabajo de las comunidades locales, de tal manera que pueden tener un trabajo que les de una vida digna y conservar los recursos naturales al mismo tiempo.


Fuentes:

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